¡Ayudemos a la Ucrania!
Las hermanas, refugiadas en los sótanos junto al resto de los habitantes, no dejan de sostener y acompañar a la población. Cuando no están recibiendo ataques o atendiendo a los heridos, ellas se dedican a hacer vendajes con las sábanas. Cortan el material en trozos más pequeños y los enrollan para que sea posible detener la sangre de los heridos. Con lo que tienen preparan las redes de enmascaramiento. Todo esto se dispone para que sea usado por los combatientes que están en primera línea.
“¡Viva Jesús! ¡El Señor vela por nosotros! Cada nuevo día es un regalo” – nos dicen en televisión. “Nosotras, las hermanas, hemos quedado solas. Mientras tanto, las personas de las casas vecinas se refugian aquí con nosotros. Velamos y rezamos. En los momentos más tranquilos hacemos vendas de las sábanas para los soldados heridos. Decididamente los encomendamos bajo la protección de María”.